martes, 22 de febrero de 2011

Críticas de Graal

http://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2011/02/17/estreno-musical-altos-vuelos/402654.html
La Opinión:Estreno musical de altos vuelos El director de orquesta y compositor malagueño Francisco José Martín Jaime, premio Reina Sofía de Composición en 1997, estrena mañana la obra 'Graal' en el Teatro Cervantes
ALFONSO VÁZQUEZ. MÁLAGA
Francisco José Martín Jaime (Málaga, 1970) muestra su fuerza creativa en las partituras, construyendo unos mundos musicales que comenzó a explorar cuando sólo tenía tres años, gracias a la impagable compañía de su madre, María José Jaime, cantante de ópera, quien le enseñó a amar la música.
Desde entonces, no ha dejado de componer, algo que a su juicio representa en su vocación musical «lo más doloroso pero también lo que más realiza». Las 59 obras que ha compuesto hasta la fecha incluyen un concierto para piano que le convirtió en 1997 en el único andaluz, hasta el momento, en recibir el Premio Reina Sofía de Composición.
Mañana, este director de orquesta, que dio su primer concierto de piano a los seis años, mostrará a los aficionados a la música su última creación, Graal (grial), un encargo con motivo del XX aniversario de la
Orquesta Filarmónica de Málaga, que podrá escucharse en el Teatro Cervantes a partir de las 20.30 horas y el sábado a las 20 horas. Dirigirá la orquesta Edmón Colomer.
«Por las dimensiones, recursos y por la duración es una sinfonía pero como obra no tiene esas aspiraciones y es, a la postre, un poema sinfónico», explica Francisco Martín Jaime, aunque tampoco la etiqueta de poema sinfónico le convence y señala que «la única forma de comprenderla es oírla».
Pero la carrera de este malagueño, que por segunda vez estrena paternidad (hace tres meses nació su hijo Ruy), no sólo transcurre por tierra. Durante quince años, Francisco José Martín Jaime ha sido piloto y hasta dirigió una escuela de aviación. «Estudiaba piano de 10 a 12 horas diarias y cuando empecé la dirección de orquesta entraba por la mañana y salía por la noche. Me planteé dar un giro y dedicarme a otra cosa».
Piloto de 1.500 horas
Este cambio radical, apoyado como siempre por su madre, le ha dejado un poso de 1.500 horas de vuelo, el cargo de comandante y, en su momento, la oportunidad de dejar los estudios en el colegio San Estanislao y marchar a Barcelona, donde además de convertirse en piloto siguió componiendo. «Cuando me fui en los años 80 resulta que estuve haciendo un alarde de posmodernidad sin saber que existía», bromea.
A la hora de componer, recuerda, «pensaba que no tenía por qué renunciar ni a los procedimientos de vanguardia ni a los tradicionales y no tenía por qué meterme en una corriente determinada».
Además, confiesa que cuando se trata de crear, «no se puede pensar en el público, porque si no, no sale una obra de arte sino un producto comercial».
Los aires germánicos de Graal, que aunque no es música programática cuenta con indicaciones para el espectador con títulos en español y en alemán, entroncan con sus gustos personales, pues entre sus compositores más queridos se encuentran Beethoven, Liszt, Wagner, Bruckner, Richard Strauss, Mahler y Wolfgang Korngold, todos del universo germánico y austrohúngaro.
No es de extrañar por tanto que uno de sus momentos más inolvidables fuera el estreno en 2000 en Viena, capital musical de Europa, de su Homenaje a Joaquín Rodrigo.
En su faceta como director, con la formación que más trabaja es con la Orquesta del Conservatorio Superior de Música de Málaga, formada por los alumnos más preparados, aunque ha dirigido orquestas como la del Liceo de Barcelona, los Hungarian Virtuosi, el Teatro Lírico Andaluz o, por supuesto, la Orquesta Filarmónica de Málaga. En la actualidad también imparte clases de Dirección de Orquesta en el conservatorio malagueño.
Su currículum, de hecho, dura tanto como una sinfonía de Mahler y no deja de enriquecerse con nuevos movimientos porque tiene encargos comprometidos hasta 2013 y muy pronto estrenará una sinfonía con la Orquesta Filarmónica Ciudad de México.
¿Se puede vivir de la música clásica en un país tan poco seguidor de esta expresión artística como España? «Hacerse rico no, vivir sí», destaca.
Francisco Martín Jaime ha cumplido el sueño de su infancia y es un músico feliz que sigue creando mundos llenos de sonidos y, sobre todo, de mucho trabajo.
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http://www.laopiniondemalaga.es/cultura-espectaculos/2011/02/21/ofm-aniversario-vivo/403563.html

OFM: Aniversario Vivo
ALEJANDRO FERNÁNDEZ
Por todos es conocido la vocación musical de esta ciudad, de ahí que no sea casual que hace ya dos décadas naciese el proyecto que culminó con la creación de la que hoy conocemos como OFM, a la que asociamos la herencia acumulada durante más de un siglo por el antiguo conservatorio, y como no, una lógica consecuencia de los estudios superiores de música en Málaga.
Con esta base arrancó lo que sin discusión es hoy la institución más seria y respetada de la ciudad. De forma paralela la Filarmónica apostó por los nuevos compositores, escaparate de la creación musical, no sólo a través de la programación, sino además con un ciclo centrado en la música contemporánea con encargos propios. De ahí que en el programa, para celebrar el veinte aniversario de la orquesta, engarzará el estreno de Martín Jaime Graal.
A pesar de la duración de la partitura de Martín Jaime destaca por la curiosa división de la orquesta en la presentación y desarrollo de los temas, donde el concertino juega un papel destacado que se refleja en las cuerdas graves o la contraposición de los vientos, todo con la idea de presentar la lucha interior por escapar de lo que define el autor como mediocridad circundante. Una obra densa y nada condescendiente.
Sarasate, Falla y Ravel completaron este concierto aniversario. Nuevamente el violín toma cuerpo en su faceta virtuosa en la figura de Andrea Sestakova, concertino de la Filarmónica, que no sólo impresionó por su elegancia sino por su gusto y facilidad técnica con la que resolvió. En las obras de Sarasate y Falla, Colomer clarificó al extremo y con razón los matices y particularidades de ambos autores, subrayó los acentos y en el caso de Falla resultó rotundo. Ágil y preciso definen la lectura del Bolero de Ravel, algo afeada por ciertos metales, aunque de resultado sobresaliente a la vista de los aplausos.
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http://www.diariosur.es/v/20110221/cultura/cumpleanos-feliz-20110221.html


Sur:

Cumpleaños Feliz
21.02.11 - 01:46 - CRÍTICA DE MÚSICA | MANUEL DEL CAMPO
Miedo produce cuando un compositor dice explícitamente que su obra «no es una música pensada para gustar, sino que es una composición pretendidamente filosófica». En esta ocasión las alarmas encendidas por Martín Jaime no se cumplieron. 'Graal' Op.49 reúne una serie de valores que sí tienen que gustar y gustaron. Se apreció además de esos valores el trabajo cuidado del maestro Edmon Colomer y de la Orquesta Filarmónica. Los repetidos aplausos del auditorio propiciaron la comparecencia en la escena de Martín Jaime, quien los compartió con los intérpretes.
Existe en el público cierta admiración por el virtuosismo que en las obras de Sarasate sobresale de la esencia musical. Temas líricos, brillantez, expresividad y el cúmulo de dificultades técnicas con una sumisión tonal absoluta. Andrea Sestakova en la 'Uomanza andaluza' y en los difíciles 'Aires gitanos' dio la talla como solista y expuso también su gusto interpretativo.
Que el maestro Colomer es un director con personalidad lo demostró en sus traducciones de Falla y Ravel con obras que encierran el peligro de «lo de siempre». Incluso desde la libertad del corno inglés en la farruca de 'El sombrero de tres picos' o la articulación rítmica del final de esa danza en su peligrosa conclusión y la conjunción emocionante, apasionada, de la jota que cierra la segunda suite, muy vibrante. El 'Bolero' de Ravel es más fácil de entender y sus valores de ritmo, color, sensualidad y explosión sonora son los que son. A buenos solistas y los hay en la OFM, buen 'Bolero'. Elogio general pormenorizado en los saludos finales como conclusión de un concierto que dejó contentos a todos. Como debe ser.
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Málaga Hoy:
Complicidad y afecto en el aniversario
J. M. Cabra Apalategui | Actualizado 20.02.2011 - 05:00
Concierto especial XX Aniversario. Teatro Cervantes. Fecha: 18 de febrero. Programa: 'Graal', de F. J. Martín Jaime; 'Romanza andaluza para violín y orquesta, Op. 22, nº1' y 'Aires gitanos para violín y orquesta, Op.20', de P. Sarasate; 'El sombrero de tres picos. Suite II' de M. de Falla; y 'Bolero', de M. Ravel. Intérpretes: Orquesta Filarmónica de Málaga. Director titular: Edmon Colomer. Solista: Andrea Sestakova (violín). Aforo: Cerca de mil personas (lleno).
"Parece mentira que llevemos veinte años ya viniendo a escuchar a la orquesta". Quien decía esto era una señora sentada a mi espalda en el patio de butacas, al parecer, asidua a las funciones de la Filarmónica desde sus comienzos, y que, como en esas ocasiones en que uno se encuentra a los hijos de los amigos que no ve hace tiempo hechos unos auténticos hombrecitos, estaba experimentando, entre lo sorprendente del descubrimiento y la lucidez a que obliga la inapelabilidad de los hechos, el inexorable paso del tiempo.
Efectivamente, la OFM celebra su vigésimo aniversario por estas fechas, y como tal celebración se pensaron los conciertos de este fin de semana; para el deleite de todos, intérpretes y público, que disfrutaron del espíritu festivo en que se desenvolvió este merecido homenaje.
El concierto abrió con el estreno absoluto de Graal, del malagueño Martín Jaime. Una composición extensa, que, respondiendo a un planteamiento dodecafónico sin dogmatismos, tiene algo más que reminiscencias post-románticas en el tratamiento de las cuerdas -muy mahlerianas- y los metales. Y también en su discurso filosófico: un alegato contra la mediocridad que estimula a emprender una épica búsqueda personal del propio héroe. Dejarse caer hoy día con una obra de esta factura y estas connotaciones no deja de ser un ejercicio de libertad creativa y valentía digno de elogio. Y aunque "no es una música pensada para gustar", según el propio Martín Jaime, Graal gustó y mucho, porque, antes que nada, es una pieza bellísima.
A partir de aquí, se sucedieron las referencias a temas populares españoles y específicamente andaluces en las obras de Sarasate y Falla, que provocaron entre orquesta y público la complicidad de una identidad compartida. Además, las piezas para violín y orquesta del compositor navarro contaron como solista con Andrea Sestakova, concertino de la OFM desde su fundación. Edmon Colomer, de un modo inteligente y generoso, puso a la orquesta poco menos que al servicio del lucimiento de una Sestakova que supo aprovecharlo. Los cariñosos aplausos con que fue despedida su estupenda actuación evidenciaron el afecto y el reconocimiento del público malagueño a toda una trayectoria; los mismos que quiso transmitir con su gran ovación final a toda la orquesta cuando esta interpretó el Bolero de Ravel.

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